La oxigenación del agua en estanques es básica para la vida de plantas y peces, evitando por un lado la putrefacción de animales, bacterias y materia orgánica, y por otro lado la acumulación de mosquitos que pueden trasmitir diversas enfermedades. Leer Más

Definida de forma simple, la aireación del agua es la transferencia de oxígeno del aire al agua. Las superficies de agua necesitan oxígeno para completar su ciclo biológico. En las grandes superficies de agua esto ocurre de forma natural como resultado de la acción de las olas.

En los lagos y estanques más pequeños se puede dar fácilmente un desequilibrio de los factores biológicos, causando una baja en los niveles de oxígeno y haciendo necesaria la aireación mecánica.
Una aireación de agua insuficiente, junto con bajos niveles de oxígeno, puede desencadenar la mortalidad de peces, olores desagradables y el enturbiado de las aguas. Si un embalse no tiene circulación de oxígeno suficiente se estratifica con agua caliente en la superficie y agua fría con poco oxígeno en el fondo. La falta de oxígeno incrementa la descomposición anaeróbica del fango en el fondo. Esto aumenta los nutrientes en el estanque, lo que a su vez provoca el crecimiento de algas. Un estanque o lago sin circulación de oxígeno o aireación suficientes desarrolla termoclina.
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